sábado, 8 de enero de 2005

Tradutor Traditore

Tradutor: Traductor
Traditore: Traidor
Y ambos van juntos irremediablemente.

Como decimos en Europa. Ser traductor tiene su chiste, porque he conocido a algunos que se llaman a sí mismos traductores, y sólo me han hecho reír, ja.

Si me pagaran por lo que ahora hago, inmediatamente cambiaría mis estudios de postgrado por un pedacito del sueño mexicano: trabajar en lo que quieres.
Es cierto, el dinero no lo es todo, pero cómo ayuda a conseguir todo lo demás.

Sin embargo, en la ruta por dónde me estoy escabullendo, ciertamente hay momentos en que me siento envuelta más con lo traditore que con lo tradutor. Pero es necesario. ¿Cómo explicar lo inexplicable de otra lengua sin traicionarla? DAR a comunicar lo que otro ser dijo en idioma extraño es todo un arte, no es sólo trabajo ni algo que hacen los locutores caritas de la TV. No es sólo copy-paste sobre un programa de PC.
Indudablemente hay que traicionar.

Pero no puedo evitar conflictos con aquellos que sin pensar en el valor estético y creativo de comunicar, infiltran sus propios deseos y terminan diciendo no lo que el autor original dijo, sino lo que éste "traidor" quiere que su gente sepa. Es como esos noticieros que ya ni deberían llamarse así, ahora todo parece programa de opinión.
¿Y el dilema? Ése radica en que CREO que es necesario traicionar. Como todo lo que implica la ética, eso es todo un dolor de cabeza.
¿No estoy acaso sólo entrando en un juego de egos? Pero ese es otro dilema.

Tradutor Traditore. Ninguna etiqueta me gustó antes tanto como ésta.
Quiero este camino, no lo sabía, pero creo que ya encontré lo que se me había perdido. Sólo me pregunto cómo librarme de todo el fango en el que ya me metí. De alguna forma... he de traicionarme a mí misma, como en todo. Nadie puede ser siempre fiel a algo. Todo cambia.

Pero, lamento mucho haber traicionado la concepción original del término, porque yo lo veo como bueno, con todas mis razones, pero como no me gustan las excusas, no las diré. El que quiera entender que entienda.
Y el que pueda traicionar sus concepciones, que traduzca lo que estoy diciendo.



Mendhi

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