viernes, 31 de diciembre de 2004

Las manitas en el cancel del baño

Por una estúpida razón de la cual no tengo el mínimo entendimiento, me da por recordar las cosas que más me atemorizan durante la noche.
Son las 12:17 a.m. del 31 de diciembre... y un ruido que vino de debajo de mi cama me hizo recordar lo silencioso que estaba mi habitación; así que he encendido el televisor.
He recordado también lo que una amiga me contó... me alegro de que mi baño no sea de cancel... ya suficiente tengo con evitar mirar al espejo cuando está lleno de vapor, o sin él.

Y ya que ando por el tema, una apology, en mi anterior mensaje escribí calaberas... bueno, es con V. Calaveras. Y, eso me da menos temor por ahora.
Es como esta película Nightmare Before Christmas. La adoro, pero en efecto no es lo más adecuado para transmitir en épocas navideñas. ¿La vieron hace un par de semanas por TV abierta?

Oh... pero en estos días más vale para mí cubrir mis propias manitas del cruel frío. Parece que la sangre se congela en mis dedos y escribir se vuelve una de las más placenteras torturas.
Pero, me siento como una escultora que se golpea los dedos con el cincel... y de hecho, en verdad sé lo que eso se siente... pero, me siento creativa. 2 horas para cada creación, al día. Y no me rindió.
Ganas me dan de no salir mañana a ninguna celebración de año nuevo... al fin de cuentas no conseguí el amareto que quería. Y detesto la sidra.
También detesto tener a mis amigos separados y peleando por tenerme cada uno a su lado la noche de mañana.

Mi único amigo ahora es el "precioso"... techo de mi habitación.
Una noche de tantas me di cuenta que cada día esperaba con ansia la noche, sólo para mirar a ese espacio iluminado a penas por la luz de la lámpara que la abuela me heredó en vida... y aún vive... pero es que ese momento es tan valioso. Cada día es distinto, un día iba a la primaria y de pronto ya estaba en la Universidad, y otro día me encontraba preguntándome qué hacer con mi vida. Pero las noches son iguales.
Ese techo y esa luz es la misma cada noche, y parece que es eterno. Cada noche se suma a la anterior, y ésa a la que sigue; y la vida diaria se vuelve un sueño que va cambiando, y empiezo a relatárselo a esa araña de color claro que vi crecer poco a poco hasta los 4 centímetros de largo.

La araña murió, y no la vi durante varios meses, pero un día, ahí estaba otra, del mismo tamaño y de otro color. ¿Qué curioso? Parecía que todo seguía igual, y la muerte de la otra araña pareció sólo un sueño.

Y ese infomercial sobre el mismo maravilloso producto que estoy oyendo, siguió al programa cuyo episodio ya he visto tres veces... ¡Carajo! ¿qué no hay nada nuevo?



Mendhi




martes, 28 de diciembre de 2004

Malintzin y... o Vs... Cortés

Todo un mar de distancia. Nos unen las carabelas.*
¿Hasta cuándo separados? ¿Acaso un beso nos unirá? Ya ven, a Doña Marina, porque los "otros" no pudieron pronunciar Malintzin... y hasta yo ahora desconozco cómo se pronuncia realmente. Al fin de cuentas, soy descendiente de la Provincia de Asturias, justamente de su capital, Oviedo. No soy legitima de ninguna raza** Piel morena, y sangre dulce.

Pero como decía, Doña Marina se unió a Cortés con un beso (y más que eso). Pero ahora "exo" mismo es signo de rivalidad. Ah... que si eres Malinchista... podré ser mala leche, pero desconozco en mi piel el término. Aunque, ¿de qué me sirve querer seguir mis alas si a los "otros" no les gusta hacia dónde vuelo? ¿Qué tal si aterrizo en sus tulipanes? Ni Dios lo mande.

Nos unimos para pelearnos. Nos arrancamos las manos para obtener los adornos hechos con joyas... ah, ganas me dan de darles por el joyo también. ¡Pero no! No lo haré.

Síp. Divide y vencerás... o al menos correrás más rápido si no tienes que cargar con nadie.

Calma mi pequeño Salta Montes, si te avientan de un petate ya encontrarás otro, al fin que indios chancludos aquí sobran.

Ok, my darlings... la hora de la meditación ha terminado. Seré cortés y educada, y mal intzino me respido como debe ser. Porque seré de todo, pero educada también.
Vayan más allá del mar y verán que si no se llevan capa, la nieve los aplastará.

Feliz fin de año.


Mendhi



Foot notes:
*Pueden ser también las calaberas que aquí en México tanto nos comemos como dulces.
**Ah, eso de la raza es otro debate, pero por ahora me he de dejar llevar por la idea que el maldito nacionalismo me clavó a punta de patadas en el tras... atrás.

lunes, 27 de diciembre de 2004

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Un día en la vida

Mmm... ¿cuántos ojos están enfocados hacia aquí? Bien, en un día más de desbordante vanidad, y cruzándose esta posibilidad de publicarlo, es que puedo decir:
Hoy (¿qué día es hoy?)... es que sin ver la luz del sol, aquí encerrada, sólo con el reflejo del monitor, pues no se sabe bien cómo corren las horas, y no tengo el bronceado que desearía... pero una radiación de computadora no me sienta mal.

Me he tenido que comer un poco de mi habitual sárcasmo y ego, para seguir manteniendo políticas relaciones sociales vía internet (¿puede ser eso más contradictorio?)
Es un arte el de tener relaciones cordiales para poder proseguir con muchos planes. Es lo estratégico, y lo táctico va saliendo.

Pero bueno, no fue mal. Ando avanzada con mis proyectos y sólo espero a tener un buen montón para finales de año.

¿Por cierto? me ha llamado la atención que estemos tan enamorados con los ciclos. Como si el inicio y fin de un año fuera que las cosas son distintas... pero siguen siendo las mismas. Tal vez sólo lo que cambia es cómo lo sentimos y vemos.
Todo es virtual al final. No hay más realidad que la que inventamos. ¿No termina siendo irónico?

En fin, regresaré a mi realidad virtual y para la próxima traeré aquí otra ficción sobre lo que en el mundo real pase.

Yamvoy... y sigan la línea blanca... porque con ese polvo que encontré en el estacionamiento me he inspirado. Bye. Se la pasan bien en Oz.



Mendhi